La Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) La Calabaza, ubicada en el municipio de Segundo Frente, se erige en estos momentos como abanderada en la aplicación de la ciencia y la técnica por su trabajo como estructura escuela, que permite un avance en la práctica de la importancia del injerto del cafeto para favorecer el desarrollo y calidad del cultivo.
Una experiencia catalogada de Referencia Nacional, donde funciona una unidad docente de la Universidad de Oriente, para la realización de las prácticas laborales de los estudiantes de la carrera de Agronomía, y que acoge el proyecto Café Escuela, permite además capacitar a un grupo de pobladores para la adquisición de habilidades asociadas a la productividad del grano, entre estas la técnica de esqueje, la cual eleva el rendimiento del café, al no degenerar la planta resultante y permite lograr una primera cosecha en solo dos años, más resistente a plagas y a las frecuentes sequías.
Allí, se consolida el proyecto internacional CAFESCUELA, el cual estimula el impulso de la producción cafetalera en las provincias de Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara, con la participación de donantes de la empresa italiana LAVAZZA, la Organización No Gubernamental (ONG) OXFAM y el Ministerio de la Agricultura (MINAG), entre otras instituciones .
María Esther Padilla
Rodríguez, presidenta de la UBPC, destaca que el principal objetivo del
programa, es el fortalecimiento de la capacidad productiva mediante el injerto
del cafeto, la formación y capacitación de los recursos humanos, incluyendo a
los productores y los extensionistas, con el objetivo de consolidar el avance
paulatino del Programa de Desarrollo cafetalero, previsto hasta el 2030.
En “La Calabaza”, este hecho se vincula a la necesidad de crear el primer
Centro de Propagación Vegetativa en el país para producir posturas altamente
productivas por dos métodos de mejora genética -el injerto y la técnica de
esquejes- ante el desafío que impone la transformación cafetalera.
La técnica de injerto,
consiste en utilizar como patrón a la variedad Robusta y varios tipos de las
plantaciones arábicas, entre estas, Borbón y Mondo Novo, para obtener posturas
más vigorosas y de grandes granos, resistentes a las plagas y enfermedades, lo
que garantiza mejores rendimientos agrícolas y buenos resultados productivos en
las diferentes épocas del año.
En la UBPC de la montañosa zona, se alcanzan similares niveles de
supervivencias a los que se registran en las estaciones experimentales en el
país; por esos sitios se impulsa la rehabilitación y renovación de las
envejecidas áreas, que tienen en las expertas y seguras manos de ocho mujeres
cooperativistas el encargo de dar continuación al proceso, que permite a partir
de los injertos optar por los vástagos con mejores condiciones y convertirlos
en estaquitas, que son llevadas durante dos meses y medio a la casa de tapado.
Según la especialista, la novedosa técnica admite desde ese momento su traslado
a las bolsitas donde van a desarrollarse como posturas hasta alcanzar las 5 o 6
pares de hojas para ser enviadas a las áreas de siembra. Este método, es
conocido por transferencia tecnológica, con resultados productivos muy buenos.
“La Calabaza”, con una superficie total de 81,87 hectáreas (ha de café, de
estas 60 en producción, se erige como una unidad productora del Segundo Frente,
lo que ratifica el compromiso de producir en el presente año unas 60 000
posturas, las cuales serán utilizadas en sus áreas, mientras una cifra
estimable se comercializa con las diferentes estructuras productivas y
productores individuales de la región montañosa.
Manifiesta la Presidenta de la UBPC, que para esta campaña aspiran recolectar más de 18 000 latas de café, cifra muy acorde con el Programa de Desarrollo y que pone a la estructura productiva en condiciones de sobrepasar con creces su potencial previsto para el 2030.
Un aula de capacitación, con profesionales de alta calificación garantizan la preparación de los cooperativistas, productores y estudiantes universitarios quienes realizan durante una semana sus prácticas docentes.
La COVID-19, se erigió en reto para el colectivo, que desde el primer momento adoptó las medidas sanitarias orientadas sin el reporte de contagios y el tránsito victorioso hacia la segunda fase, dijo María Esther Padilla Rodríguez, quien destacó el aporte significativo de los cooperativistas a la producción de alimentos para el pueblo.
El policultivo, el intercalamiento de frutales, plátano fruta y burro, así como la siembra de cultivos de ciclo corto, han permitido la entrega a Acopio de un promedio de 5 toneladas (ton) de alimentos para la comercialización. La crianza de aves y de unos 330 puercos, consolidan la base hacia el autoabastecimiento en estas históricas montañas, donde no solo de café viven sus pobladores.
Organismos que colaboran con nosotros