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Muestra resultados cooperativa santiaguera a casi tres meses de la Tarea Ordenamiento
A recuperar más áreas para sembrar, ahorrar recursos, diversificar las producciones y pensar diferente ha convocado la implementación de la Tarea Ordenamiento en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Carlos Manuel de Céspedes, de la provincia de Santiago de Cuba.
Los 89 asociados de la CPA -con más de mil 106 hectáreas (ha), la mayoría para café, y ubicada en el municipio de Tercer Frente- se replantearon nuevas formas de hacer producir la tierra para ser sustentables, aportar al autoabastecimiento de la localidad y enfrentar, en medio de la COVID-19, el bloqueo financiero, económico y comercial de los Estados Unidos a Cuba.
En plena Sierra Maestra rompieron terrenos con yuntas de bueyes y un viejo tractor para roturar, libraron de malezas y árboles parásitos terrenos donde hoy prosperan sembrados de boniato, plátano con yuca intercalada, ají, berenjena, calabaza y otros en menor escala, así como condimentos y hortalizas, sin descuidar el café.
A Pedro Cabrales, presidente de la CPA, lo tildaron de loco cuando a finales del 2020, al capacitarlos para establecer esa tarea del país, decidió abrir un espacio en aquella maraña de tupida vegetación para diversificar las producciones y lograr más rendimientos, sin fertilizantes ni sistemas de riego.
La Carlos Manuel de Céspedes tiene resultados económicos por el café y la protección de un programa de desarrollo que contribuyó con tecnologías modernas y el aumento del precio de compra a quienes lo producen, ahora a 270 pesos cubanos (CUP) la lata, afirmó Cabrales.
Analizaron las decisiones en su asamblea y por esa unidad decidieron que las ganancias de la cosecha del grano, esta vez, sean para sostener los cultivos varios dentro de las transformaciones a que obliga el ordenamiento (monetario y cambiario) y para asegurar el anticipo de más de dos mil pesos a sus obreros con el fin de sostener producciones necesarias.
Cabrales refirió que ingresarán más de cinco millones de CUP por café en la actual cosecha, y calculan dos millones en la nueva finca de plátanos que crece en las áreas rescatadas de la maleza en lo que fuera un terreno virgen, bueno aunque algo alejado.
Mencionó para lograrlo, el ahorro de los insumos que generan, como canastas, aparejos, semillas y las limas, que casi no entran al país, también el empleo de yuntas de bueyes como alternativas para el traslado del café, alimentos y trabajadores, para usar menos combustibles, sin dejar de ofrecer las atenciones culturales.
El lado más duro son los cultivos varios, con mejores precios y la necesidad de fomentarlos para el pueblo, el autoabastecimiento de la Cooperativa y el municipio, y además es fuente de empleo seguro al cierre de la campaña cafetalera, dijo Cabrales a la Agencia Cubana de Noticias en un recorrido por su hermosa CPA.
Jesús López, bajo el fuerte sol de la sierra, dijo que atiende las áreas recuperadas con 11 hombres de campo bajo su mando; ellos viven en casas de los alrededores y se fabricaron sus medios de tracción animal y ganan bien su salario, comentó.
Aunque el trabajo es duro, lo consideran normal, por la costumbre de quienes nacieron allí, y porque la tierra lo da todo con el cariño y el amor que le pongas, agregó López.
