El ingenio, aprendizaje y observación del campesino José Estrada en la producción de abejas reina, en la provincia de Santiago de Cuba, le permiten triplicar esos insectos que son claves para obtener miel, uno de los principales renglones exportables de la Isla.
Resulta claro y preciso al afirmar que, además de ser el centro de referencia de la colonia y su punto de cohesión, es la madre de todos los individuos de la colmena y la convierte en la portadora de la genética, ésta será tan buena o mala como lo sea su reina.
Durante sus 40 años dedicados a la apicultura, proveerse de buen material
constituye la prioridad para tener reinas de la especie criolla cubana, sanas,
prolíficas, productoras y bien preparadas para defenderse de las enfermedades.
Su labor la realiza desde el centro ecológico de abejas reinas Granjita
Siboney, perteneciente a la Cooperativa de Crédito y Servicios 4 de Abril, en
el municipio de Santiago de Cuba, donde logra al mes 200 ejemplares y más de
dos mil 400 al año para apicultores del municipio de Guamá y otros sitios del
territorio oriental.
De profesión
veterinario y entrenamientos en Cuba y el extranjero, estudios de bibliografía,
observación y comparación, redujo el volumen del núcleo y lo adecuó de forma
tal que aumentó la producción de abejas reina”, indicó José Estrada, quien a
sus 68 años enseña el oficio a su hijo Adonis.
Un núcleo de acoplamiento tradicional utiliza abejas, madera, láminas de cera
estampada y alimentación artificial y todo eso lo resume en el usufructo de dos
hectáreas de terreno ocioso que recibió en la zona de San Rafael, Consejo
Popular Siboney, donde existen varios tipos de colmenas.
Casillas maternas, paternas, artificiales, incubadoras, núcleos de fecundación,
plantas melíferas en todas estaciones del año, velos de trabajo, un intenso
olor dulzón y el vuelo de los insectos revelan el criadero, a menos de 30
metros de la carretera.
Su pasión por las reinas lo llevó a organizar ese espacio junto a la esposa y
dos hijos y aunque puede proveer semanalmente a los productores de miel, se le
hace difícil el traslado en una labor que corresponde a vendedores y realiza
por sus medios y buscando alternativas.
La disponibilidad de reinas en el momento de armar los núcleos es esencial,
pues cuando el enjambre queda huérfano sufre una serie de procesos para la
obtención de la nueva reina y muchas veces la temporada de flores no permite
esa demora, por eso contar con éstas desde los centros de crianza significa el
éxito de una buena campaña apícola.
Hacia ese
objetivo es el esfuerzo de Estrada, porque también ocurre que dentro del mismo
apiario cuando no se ingresa nueva genética durante un tiempo prolongado, se
potencian rasgos negativos como la enjambrazón o consanguinidad que pueden
solucionarse con un recambio o incorporación de nuevas madres.
Siempre que el campesino apicultor conversa sus ideas van dirigidas a
incrementar las cifras y calidad de la miel ecológica y sus derivados con
excelentes usos medicinales, estéticos y fuerte renglón exportable con un
importante mercado en Europa.
Para la selección de sus reinas se basa en varios factores que ordenó a partir
de la sanidad e higiene de la colmena porque trabajará de manera más eficiente
con menos intervenciones del apicultor.
Otro aspecto apunta a la prolificidad para una exitosa campaña en una primavera
colmada de flores o no y aseguró que reinas viejas, consanguíneas, infértiles y
poco productivas, no abastecerán ese ganado.
Hay abejas que acopian mucho más alimento del necesario y son de mucho interés
pero cuidando que ese fruto sea legítimo y no por robar la producción a sus
vecinas que generaran problemas en momentos donde la entrada de néctar sea
pobre, comentó Estrada.
La mañana no fue suficiente para conocer más de lo mucho que puede contar este experimentado apicultor sobre el interesante mundo de las abejas y la necesidad del recambio de las reinas.
Un entorno tranquilo y las condiciones creadas con alternativas de dos hombres:
agujas, copas, alimentos, fumetas, velos, trajes, tanques, responden a
iniciativas para crear más fondos exportables, y desafiar crueles políticas
imperiales que pretenden detener también el desarrollo apícola en Cuba.
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