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Entre abejas y panales, la deliciosa miel consolareña

“Dame una reina y te daré una buena cosecha”, reza un viejo refrán del asombroso mundo de la apicultura; y es que con la selección de las abejas reinas, casta más importante en la colmena, se garantiza la cantidad y calidad de la miel.

Entre abejas y panales, la deliciosa miel consolareña
26 Jun 2020

De ahí que el proceso apícola, comienza en los núcleos de fecundación, que albergan alrededor de dos mil abejas maternas y paternas que dan la vida a una sola reina, que más tarde gobernará en la colmena.

Esta rama de la agricultura cuenta con un fuerte potencial en el municipio Consolación del Sur, con catorce productores de avanzada, que lo sitúan en primer lugar a nivel provincial.

Yunior Fernández Arteaga, apicultor de la Cooperativa de Créditos y Servicios consolareña, “9no Congreso de la ANAP”, lleva más de 20 años dedicado a estas labores, con excelentes resultados productivos.

Según refirió, el pasado año sobrecumplió la entrega de toneladas de miel a la Empresa Apícola de Pinar del Río, de ahí que este 2020 tenga el compromiso de aportar cifras superiores.

Actualmente este apicultor consolareño posee 180 colmenas que aportan mensualmente alrededor de 3600 kilogramos a la industria, con destino al mercado internacional.

Fernández Arteaga explicó, que el rendimiento de un panal depende en primera instancia de la capacidad que tenga la reina para poner mayor cantidad de larvas, además de la floración y las condiciones climatológicas.

Por tal motivo en esta época del año explotan todas las bondades de los manglares de la costa sur del municipio, que se encuentran florecidos. Destacan las variedades de Mangle Prieto y la planta costera Patabán, cuyas flores tienen un excelente polen y néctar, que las abejas obreras, pecorean para llevar a los panales.

Al decir del experimentado apicultor consolareño, la miel que se produce en los manglares es más fina y de color claro, con un delicioso sabor suave que endulza el paladar, además de niveles bajos de humedad que les garantiza la calidad para la exportación.

Entre siete o quince días demora el panal en alcanzar la maduración, que es precisamente cuando el 70 porciento de los pequeños agujeros en forma hexagonal, se llenan de miel y son cubiertos por una capa llamada opérculo.

Cada panal maduro puede pesar entre 4 y 8 kilogramos listos para la castración, a través de un extractor en las naves habilitadas para realizar este proceso.

Los apicultores consolareños utilizan en sus colmenas movilistas la tecnología de Langstroth, pues les permite un mayor nivel de productividad a los más de 40 mil individuos que habitan el enjambre, divididos en tres castas: reina, zánganos y obreras.

El mundo de la apicultura entraña una belleza indescriptible. La reina como regente gobierna a sus leales obreras que de flor en flor recolectan polen, néctar y propóleos para la colmena.

La deliciosa miel consolareña es fruto del esfuerzo de apicultores que como Yunior, dedican su vida a estos pequeños insectos, que cada día demuestran su laboriosidad.


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