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Crece la más «dulce» producción cubana(I)

La apicultura cubana abarca hoy, además de la miel y la cera, polen, propóleo, jalea real, veneno de abejas, polinización y constituye un factor activo en el equilibrio del ecosistema cubano

Crece la más «dulce» producción cubana(I)
14 Jul 2020

La escondida de Calicito, Granma.–«En la apicultura no hay grandes secretos, pero eso sí, yo vivo para las abejas». Tal afirmación en Jorge Luis Blanco Linares no es un simple slogan. Basta con llegar hasta la zona rural de Manzanillo, donde vive junto a medio centenar de sus 250 colmenas, para constatar in situ algunas de las buenas prácticas que lo han afianzado entre los mayores productores de miel ecológica en la provincia.

En ese intrincado paraje alojó Jorge Luis Blanco, hace ya más de 15 años, el apiario con el que ha crecido como apicultor. Los números así lo confirman. Un promedio superior a las 20 toneladas de miel en las últimas cosechas y el récord personal de 31 toneladas, alcanzado en 2018, «hablan» por sí solos de un manejo exitoso de las abejas.

 «Yo soy muy celoso con la higiene de las colmenas tanto por fuera como por dentro, renuevo todos los años las cámaras de crías, y en dependencia de la época o las floraciones, lo mismo traslado las colmenas a los manglares, que agarro pal’ monte donde ya ni vive gente, pero como no hay contaminación es ideal para lograr buenas producciones», explica Jorge Luis Blanco, quien para la fecha acopia más de cuatro toneladas de miel ecológica, cuando aún restan alrededor de cinco meses para el periodo «fuerte» de la cosecha.

«Ahora estamos en época de preservar las colmenas, y esto es una tarea de todos los días, porque para que un panal sea productivo debe tener más de 60 000 abejas, las cuales hay que atender con esmero, aunque te piquen, pues es ese cuidado el que garantiza su solidez cuando comience la cosecha», añade el curtido apicultor.

Tal estrategia, que año tras año le asegura altos rendimientos, tiene como respaldo para él y los otros 381 productores del territorio, un «jugoso» incentivo salarial que premia este trabajo, con pagos entre los 15 000 y hasta 24 000 pesos por cada tonelada de miel, según el tipo (ecológica o convencional) y la calidad.

Por ello no es fortuito que Granma se mantenga a la vanguardia en la entrega nacional de miel ecológica (para que sea considerada así debe tener un índice de humedad por debajo de 19, 5 %; producirse en ecosistemas naturales, y estar libre de la aplicación de productos químicos), y como segunda provincia mayor productora de miel convencional después de Matanzas.

«Las condiciones propias de aislamiento en las que trabajan los apicultores nos ha permitido que, a pesar de la covid-19, la producción de miel no se haya detenido, tanto es así, que los resultados obtenidos en la primera etapa de 2020 apuntan a que este año podremos mantener, e incluso superar, el récord histórico alcanzado en 2018, cuando la provincia logró acopiar 1 354 toneladas de miel», destaca Osmanis

Causilla Sierra, director de la unidad empresarial de base Apícola en Granma.

«Nosotros no vamos ni siquiera a reajustar el plan, porque estamos en condiciones de cumplir con la producción, pues ya se han concretado 606 toneladas de miel, 152 por encima de lo que se había logrado en igual fecha del año pasado y 25 más de lo alcanzado en este periodo en 2018», agrega el directivo y revela otras cifras a favor del quehacer apícola granmense.

«La miel ecológica, que es el producto líder que nos distingue, también lleva un ritmo acelerado con 442 toneladas recolectadas, de las 187 que estaban planificadas para esta etapa, por lo que debemos cumplir sin problemas con las 602 toneladas del año».


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