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Briquetas de carbón ganan adeptos en Majibacoa

Las Tunas.- Fruto de la mezcla de la carbonilla con la cachaza y de un proceso sin demasiadas complejidades, las briquetas de carbón ganan popularidad como una alternativa barata para paliar las carencias de combustibles tradicionales que sufren minindustrias y cocinas comunitarias en el municipio de Majibacoa.

Briquetas de carbón ganan adeptos en Majibacoa
21 Jul 2020

Asociados a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Cuba Va, del mencionado territorio tunero, son sus principales promotores y ponderan sus ventajas. Ellos además, pusieron su ingenio para armar su propia máquina para obtenerlas con una capacidad de unas tres toneladas de briquetas diarias. “Aunque no hacemos tantas, porque no tenemos suficiente espacio para secarlas”, dice Rosmagnis Pupo Leyva, productor asociado a esa CCS. “En la medida que lo usemos, desde el punto de vista ecológico, menos árboles tienen que talarse para leña o carbón”, afirma.

El empeño, destaca, no habría sido posible sin el apoyo de las empresas Agropecuaria Integral y la Azucarera de Las Tunas, el Partido y el Gobierno en Majibacoa. Unos convirtiéndose en suministradores de las materias primas como la cachaza y la carbonilla; otros, destrabando la reticencia inicial a esta iniciativa.

Alexander Vidal trabaja en la minindustria Los Ortega perteneciente a la CCS Gerardo Antonio. Él pondera las propiedades de un combustible que genera menos humo frente al carbón. Al tiempo que su colega Marcia Cabrera asegura que las briquetas han sido útiles tanto en la cocina de la propia unidad como en sus casas.

“Se nota el cambio, cuando es con leña hay mucho humo, ahora mismo aquí tengo encendidos tres fogones y no se siente ninguna molestia, esto es maravilloso, excelente”, muestra Maritza Pérez, cocinera del comedor comunitario del poblado Arroyo El Muerto. Diariamente, ella elabora los alimentos para ancianos y otras personas de bajos ingresos de esa localidad al pie de la Carretera Central. “La comida, subraya, enseguida la termino. En otro tiempo en lo que se buscaba la leña, trataba de encender, esperaba a la buena llama, una se demora mucho. Ahora temprano ya está lista la comida y se cocina en mejores condiciones”.

La ausencia de gas licuado o querosén que sufre Cuba a causa de la persecución estadounidense a sus importaciones de petróleo y sus derivados, combinada con los efectos de la crisis económica global causada por la pandemia del nuevo coronavirus, obligó al retorno del uso de la leña y otras biomasas para cocinar los alimentos; especialmente en las zonas rurales.

“La cocción se logra con calidad”, sostiene Juan Santiesteban un cuentapropista local. Desde que alimenta su horno con las briquetas su negocio de elaboración y venta de alimentos respira mejor. “Fíjese que con cuatro kilogramos se mantiene encendido cuatro horas y con buena temperatura”, expresa mientras señala hacia el horno.

“Lo que hacíamos con leña y se demoraba dos horas, con este carbón se hace en una sola. Nos vamos limpios para la casa, ni nos ensuciamos cuando se cocina”, destaca Osvaldo Iglesias Pérez, otro elaborador de alimentos.

Los puntos a favor de las briquetas frente al carbón y la leña radican también desde el punto de vista de la preservación de la cobertura boscosa de la provincia, comenta Amado Luis Palma, subdelegado de Medioambiente en la Delegación aquí del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

“Toda alternativa de energía reduce presión en el manto boscoso, porque automáticamente vas a sustituir una alternativa por la leña, que en este caso es la briqueta de biomasa de origen natural”, recalca. El experto igualmente pondera el que estos cooperativistas hayan construido su propia máquina para obtenerlas y valiéndose además de la cachaza, un residuo de la producción de azúcar del central Majibacoa.

Sin embargo, las briquetas no solo agregaron una nueva fuente de ingresos para los cooperativistas de la “Cuba Va” por concepto de su venta. Ellos exploraron con éxito otros escalones de la comercialización con los clientes interesados, pero carentes de las cocinas adecuadas. “Teniendo en cuenta elementos de eficiencia hemos construido los fogones de varios con características ideales para el aprovechamiento máximo del fuego”, explica Rosmagnis Pupo.

Entre sus primeros destinatarios figuran el ranchón La Rotonda perteneciente a la cadena extrahotelera Palmares, la cafetería del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara y el centro de elaboración adscrito a la Empresa de Comercio de la localidad de Calixto, en el propio municipio de Majibacoa.

“Este nuevo fogón es 100 por ciento mejor que el antiguo, ya que no tenemos humo en los ojos, los pulmones descansan de la contaminación; además, es súper rápido, tiene una eficiencia y una candela continua y la briqueta es muy duradera cuando se enciende”, confirmó Argelio Álvarez Torres, cocinero del centro de elaboración.

Esta iniciativa de los cooperativistas de Majibacoa sería la confirmación de que en este contexto mundial como lo resume Rosmagnis “no podemos sentarnos a esperar qué nos va a dar el país, hay que pensar qué le puedo yo dar, cómo aportar a la economía”.


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