El uso de especies de plantas medicinales como alternativa terapéutica se practica en nuestro país hace ya 20 años con el aval del Ministerio de Salud Pública (Minsap) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde 1977 ese organismo internacional ha venido recomendando a los gobiernos su uso racional basado en los criterios de eficacia, seguridad y calidad de los preparados medicinales.

Según informa el Ministerio de Agricultura en su página web, en el presente año la agricultura cubana debe asegurar una demanda total de 1 498 toneladas, de ellas 725 con destino a los Centros de Producción Local (CPL), 422 para Labiofam y 351 para BioCubaFarma, con la entrega de 48 plantas medicinales, de las que se cultivan 21, se recolectan silvestres 17, y se adquieren comercialmente 10. El término de comerciales es para aquellos cultivos como el ajo, la cebolla, la naranja, entre otros que no se siembran en las unidades y se compran a otras entidades.

Basado en el manual de Buenas Prácticas Agrícolas y de Recolección, elaborado recientemente por un grupo multidisciplinario de prestigiosas instituciones como Actaf, el Cecmed, Cence, Cidem y productores de plantas medicinales del país, se garantizará la calidad de estos productos, y permitirá la certificación de nuestras producciones por los organismos rectores, añade la publicación del Minag.

Cuba cuenta con 142 unidades de plantas medicinales, de ellas 11 son de montañas, adscriptas a empresas agropecuarias pertenecientes a diferentes OSDE, con un total de 449 hectáreas cultivables, en las que laboran un total de 769 trabajadores.

El Ministerio de la Agricultura es el rector de la producción de plantas medicinales en Cuba, producciones que en los últimos años han aumentado considerablemente a partir de la situación económica que presenta el país, al hacerse más deficitaria la compra, tanto de medicamentos para uso humano, como para uso veterinario.